jueves, 28 de octubre de 2010

Av. 30 de octubre!!

AVENTURAS CON JESUÚS 30 DE OCTUBRE


EL TEMA DE LA SEMANA
PRIMER SEGMENTO / DECEPCIONES AMOROSAS


Algunas persona creen que el momento en el que su corazón está roto es lo peor que le han pasado en la vida y que nunca llegarán a sobreponerse de esa situación. No se desanime, el sentimiento de dolor intenso es momentáneo y el vivirlo forma parte de la vida.

Piense que este momento duele tanto porque es muy reciente, sin embargo, recuerde que el tiempo cura todas las heridas. Debe, además, tener presente que es importante tomarse un tiempo de duelo, de aceptación, y necesariamente ese duelo comportará momentos de dolor, de sufrimiento o de desesperación... pero que forman parte del propio duelo.

 Pero, no hay que dejárselo todo al tiempo, por eso es importante tener en cuenta algunos consejos que le ayudarán a pasar la pena mucho más rápido.
 

 

Para sanar antes...


1.
 Hable con alguien sobre lo que está sintiendo. Todos necesitamos escuchar una voz de aliento en los momentos más difíciles de nuestra vida y saber que contamos con personas que están dispuestas a ayudarnos para salir de esta pena. Los buenos consejos de los amigos e incluso de personas que han pasado por la misma situación pueden ser muy útiles y tranquilizadores para usted. No reprima sus sentimientos, si siente ganas de llorar, hágalo, comparta sus sentimientos con alguien más y no se guarde las cosas para usted mismo/a, muchos están dispuestos a brindarle una mano amiga en estos momentos, pero si ninguno de ellos conoce la pena por la que está pasando, no se sentirá comprendido.

2.
 No descuide su salud. Si bien es cierto que cuando nos rompen el corazón estamos tan desmotivados que no podemos continuar con el mismo ritmo de vida que llevamos normalmente, tampoco se puede descuidar la salud pues con esto no sólo terminará sufriendo por una pena amorosa sino también por un susto de salud. Debe saber y entender que ese desengaño amoroso no tiene porque acabar con usted.

 3.
 Piense en todas las cosas positivas que usted tiene. Valore todo eso positivo que le caracteriza y sea consciente de que otra persona vendrá. Es muy importante que la persona no se culpe todo el tiempo por lo ocurrido, cuando algo no funciona es porque ambas partes cometieron errores.

 4.
 Manténgase ocupada/o. Es importante que se llene de actividades para realizar durante todo el día y tantos días como le sea posible. Verá que con su mente ocupada en otras cosas no tendrá tiempo de pensar cuánto le duele aquella pena ni recordar constantemente a esa persona que le rompió el corazón. Además, las nuevas actividades le pueden llevar a conocer otros ambientes, nuevas personas que podrán ayudarle a cambiar ese ambiente social que le recuerda constantemente esa pena de amor.

 5.
 Es importante darle tiempo a ese mal momento para que se cure mejor. No espere a que la pena se vaya en un solo día o en dos. No se precipite y no se ponga límites. Usted simplemente siga con su ritmo de vida normal, tal vez incrementando sus actividades y vida social no notará el tiempo en el que este proceso tuvo lugar. Todo desaparece y usted podrá reponerse.


Superar la decepción amorosa depende en gran medida de su voluntad.
 Es necesario que las emociones sanen en una situación de decepción amorosa. La rapidez con la que esto suceda es diferente en cada casos pero usted mismo puede ayudar a agilizar o hacer mucho más fácil este proceso, así que la solución está sólo en sus manos y en las de nadie más. 

 Dicho de otro modo, de usted depende que su recuperación de una decepción amorosa sea un horrible viaje o una experiencia pasajera y medianamente fácil de superar.
 


Sepa cómo manejar una decepción amorosa

Especialistas señalan que proceso de duelo tras una ruptura es normal. Coinciden en que vivir de los recuerdos puede ser muy perjudicial
El corazón roto tras un adiós definitivo nos puede llevar a hacer cosas inesperadas. Se dice que al terminar una relación amorosa todos debemos pasar por un período de duelo. ¿Pero cuánto debe durar ese proceso? Según los especialistas no hay un tiempo exacto, pero coinciden en que este no debe ser muy prolongado porque sino se puede convertir en una patología.
El psicoanalista Julio Hevia afirma que hay amores silenciosos, callados y destinados a sufrir. "Por ejemplo, el amor platónico camina a dos aguas: entre el deseo que tiene la persona de conservar el amor o de crear condiciones para ser amado y la distancia, resistencia o ignorancia absoluta del otro. Quien ama platónicamente está defendido por el hecho que nunca fue correspondido, pero el que sustituye el amor real por lo que fue, por uno ya experimentado, quizás tenga una cadena más fuerte, pues mantiene su fantasía sobre la base de algo que, si bien no es concreto hoy, sí lo fue en su momento", explica.
El especialista señala que en toda relación existen dos posiciones: el que abandona y el abandonado. Para Hevia, este último, a fuerza de aferrarse a aquello que resultar irrecuperable, termina por adecuarse a un amor en sufrimiento; a una suerte de paradoja afectiva, que se nutre de lo que ha ido sustituyendo con lo que fue.
DUELO AMOROSO
Es recomendable y normal que toda persona que atraviesa una ruptura amorosa pase por un período de duelo. El psicólogo Moisés Lemlij afirma que este período sirve para rescatar los aspectos buenas de la relación, pero que si la persona queda atrapada en alguna de sus etapas, se puede convertir en un duelo patológico.
Para Hevia, alguien que vive en función del recuerdo "se está muriendo en vida y se niega la oportunidad de rehacer su historia".
ALEJAR LOS RECUERDOS
Hevia recordó que Freud sostenía la importancia de reconocer los fantasmas y saber de qué tamaño son, a fin de establecer las estrategias para vencerlos.
Por ello, recomienda alejar todo recuerdo que lleve a la otra persona. "Debemos mantenernos ocupados, mostrarnos al mundo y tener una conversación de cierre con la persona en cuestión", asegura. Pero advierte que esta puede ser un arma de doble filo, por lo que se debe estar bien preparado.
Finalmente, sugiere hacer un viaje, pero no de inmediato, sino tras haber luchado contra los fantasmas y estar seguros de haberlos vencido. 

EN PUNTOS
Las etapas del duelo son:
4Negación, no aceptar lo que está sucediendo.
4Perplejidad, no se tiene conciencia de lo que está pasando.
4Rabia, se siente cólera hacia uno mismo o al otro.
4Desesperanza, se lamenta la pérdida de la persona amada.
4Resignación, asimilar lo que está sucediendo.
4Elaboración del duelo, donde se empieza a rehacer la vida.










CONOCIENDO A NUESTRA IGLESIA

Celebración del Día de los Santos
Halloween
Halloween o Noche de Brujas
Es una fiesta que se celebra principalmente en Estados Unidos en la noche del 31 de octubre. Tiene origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de todos los santos. En gran parte, es una celebración secularaunque algunos consideran que posee un transfondo religioso. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición aAmérica del Norte durante la Gran hambruna irlandesa de 1840.1
La palabra Halloween es una derivación de la expresión inglesa All Hallow's Eve [cita requerida](Víspera de Todos los Santos). Se celebraba en los países anglosajones, principalmente en Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. La fuerza expansiva de la cultura de EE. UU. ha hecho que Halloween se haya popularizado también en otros países occidentales.
El día se asocia a menudo con los colores naranja y negro. Las actividades típicas de Halloween son el famoso truco o trato y las fiestas de disfraces, además de las hogueras, la visita de casas encantadas, las bromas, la lectura historias de miedo y el visionado películas de terror.

Cristianización de la festividad

En una época en la que predominaban las festividades "paganas", como en halloween los Papas Gregorio III (731–741) y Gregorio IV (827–844) intentaron suplantarla por una festividad cristiana (Día de Todos los Santos) que fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.

Actualidad

Hoy en día Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense. Los países latinoamericanos, aunque conocen la festividad de Halloween, tienen sus propias festividades y tradiciones ese mismo día aunque coinciden en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos.
En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween —celebrándolo con fiestas y disfraces. Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo.
El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.

Día de Todos Los Santos

El Día de Todos Los Santos es una tradición catolica instituida en honor de Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después de Pentecostés; aunque también la celebran las Iglesias Anglicana y Luterana. En ella se venera a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico. Por tradición es un día festivo, no laborable.







SIGNOS SAGRADOS
TERCER SEGMENTO
EL ALTAR
En el génesis, que es el libro primero de la Biblia, se cuenta cómo el patriarca Jacob en una de sus peregrinaciones pasó una noche reclinando su cabeza sobre una piedra. Durante el sueño se le habría abierto el cielo y vio una escalera que llegaba desde la tierra al cielo. Los ángeles subían y bajaban por la misma, y en la cima de la escalera apareció, Dios en persona, quién le hizo al patriarca  Jacob la promesa de que su descendencia sería tan numerosa como el polvo de la tierra. A la mañana siguiente, al despertar del sueño, Jacob erigió la piedra sobre la que había descansado su cabeza y la ungió con aceite, convirtiéndola así en un altar.
         En muchas religiones, incluyendo también al judaísmo precristiano, los altares eran monumentos de piedra, tierra o metal, sobre los que se derramaban o se quemaban las ofrendas las ofrendas sacrificiales, como expresión de la adoración a Dios o a los dioses. Al principio, los primeros cristianos de Jerusalén visitaban todavía  el templo de aquella ciudad con sus altares para las ofrendas de incienso y para los holocaustos. Pero claramente se fueron alejando cada vez más de aquel templo, que acabó siendo destruido para siempre por los romanos.
         El lugar de los viejos altares lo ocupó los cristianos la cruz de Cristo, que fue para ellos el nuevo altar: fue el caballete sobre el que Cristo dio su vida como expresión de su amor insuperable a los pecadores, que lo habían conducido hasta la cruz. Desde el comienzo celebraron los cristianos la eucaristía, como Jesús les había encargado en la última cena: “Haced esto en conmemoración mía.”
         En los primeros tiempos los cristianos no tenían iglesias y celebraban el sagrado misterio en las cosas particulares, sobre mesas comunes. Pero lo que allí se celebraba no era simplemente una comida en recuerdo de Jesús, sino la presencia de una pasión y muerte, la presencia del sacrificio de la cruz, en que el sacerdote y el sacrificio se identificaban.

No podía surgir ninguna duda de que este acontecimiento, que conmovió al cielo y la tierra, tenía que desbancar la honradez y sinceridad de las viviendas y de los comedores domésticos, tan pronto como el cristianismo saliera de la clandestinidad a la luz pública y construyera sus templos para el servicio divino.
Y desde el comienzo el altar ocupó el centro de las iglesias cristianas. Al principio no había más que uno, como referencia al único redentor, Jesucristo, y la única Eucaristía. Por lo general estaba tallado en piedra: era como la roca del Gólgota, sobre la que se había levantado la cruz.
         Más tarde se fue obscureciendo ese bello simbolismo. Se erigieron muchos altares y sobre los mismos se levantaron unas superestructuras que las más de las veces fueron obran artísticas de primera categoría y muy impresionantes.
        
         Muchos de los altares de hoy son ciertamente sencillos, pero carecen de  aquel “resplandor de noble sencillez, que el último concilio desea para toda la liturgia de la iglesia,” quitando y eliminado todo lo que no encaja de una pluralidad incoherente como las velas simuladas, las macetas de flores, los libros y carteles. Una ojeada al nuevo rito de la dedicación de una iglesia y de la consagración del altar, debería bastar para poner fin a la falta de gustos de muchos.    
         En la consagración solemne se vierte el santo crisma en el centro y en los 4 ángulos del altar y después se unge toda la mesa que lo forma; el altar, en efecto, es el símbolo de Cristo, el Mesías, que transmitido significa precisamente: “El ungido”. Después se quema incienso sobre la losa del altar, como símbolo de las oraciones de los santos que se alzan hasta Dios. Finalmente, se encienden las velas y se colocan sobre el altar, al tiempo que el obispo pronuncia las palabras: “ Qué la luz de Cristo ” brille sobre el altar e irradie la vida.