AVENTURAS CON JESUS SÁBADO 20 DE NOVIEMBRE
PRIMER SEGMENTO “EL TEMA DE LA SEMANA” (20 mins)
LA MADUREZ HUMANA Y CRISTIANA
“Reconocer las propias limitaciones y los derechos de los demás…para crecer juntos, Es Madurez”
LA COMPLEJIDAD DE LA VIDA MODERNA HACE IMPERIOSA LA BÚSQUEDA DE LA MADUREZ, TANTO LA PSICOLOGÍA DEL HOMBRE, DESDE EL PUNTO DE VISTA HUMANO, COMO LA PSICOLOGÍA DEL CRISTIANO, ANTE LAS EXIGENCIAS DEL EVANGELIO EN EL MUNDO ACTUAL, TRATAN ESTE INDISPENSABLE TÓPICO.
Es una triste realidad el comprobar una inadaptación de la inmensa mayoría de los hombres en cuanto a las obligaciones que de ellos exige la Patria y la Iglesia.
Posturas caprichosas, entusiasmos pasajeros, incapacidad para dialogar emergen como signos evidentes de inmadurez que hacen más difícil la realización del hombre.
Posturas caprichosas, entusiasmos pasajeros, incapacidad para dialogar emergen como signos evidentes de inmadurez que hacen más difícil la realización del hombre.
Madurez Humana. No es un estado, ni una época, es una orientación, es un conjunto armónico de actitudes coherentes que podríamos destacar:
a) Unidad de la personalidad. Es maduro el hombre (mujer) que ha logrado formar una unidad de su personalidad, ha descubierto sin engañarse -el valor de cada uno de sus facultades y puede concentrarse para manifestar lo que es, para entregarse desde su libertad.
b) Convicciones claras y precisas. El hombre maduro no acepta irreflexivamente cuanto se le dice. El tiene sus propias convicciones, que no son sinónimo de capricho o testarudez, sino fruto de severas reflexiones y experiencias.
Obra por convicciones, no por entusiasmo.
No se contenta con ser generoso o activo, sino que sabe por qué y por quién es así.
Tiene conciencia que una aseveración o negación deciden su vida.
c) Responsabilidad. Es maduro el hombre que se siente responsable de la totalidad de su vida; su existencia se presenta como un todo que lo compromete en cada momento, en cada circunstancia, no busca a quien culpar de sus errores.
d) Sociabilidad. El hombre maduro sabe ocupar su puesto en la sociedad. Es consciente de lo que significa vivir con otros seres no está centrado en sí mismo, se desenvuelve al nivel de los acontecimientos generales, no sólo ante lo individual.
e) Tiene sentido de la realidad. La madurez implica no vivir de ensueños y quimeras sino de realidades, aceptando las limitaciones y fracasos propios y ajenos, los que no lo detienen ni anulan... Sabe hacer uso de la ilusión y la imaginación en dosis adecuadas.
La madurez cristiana debe desarrollarse paralelamente a la madurez humana.
SEGUNDO SEGMENTO / PARTE I
“CONOCIENDO A NUESTRA IGLESIA” (20 mins)
EL TIEMPO DE ADVIENTO
Adviento del latín ad-venio, llegar.
El Adviento es un tiempo litúrgico que comienza en el Domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca cuatro Domingos. El primer domingo puede adelantarse hasta el 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días.
ignificado del Adviento
La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.
El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.
Esta es su triple finalidad:
- Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.
- Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.
- Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la "majestad de su gloria". Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.
En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie sabe el día ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos para este momento a través de la revisión y la proyección:
Revisión: Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores.
Proyección: En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo mismo.
Algo que no debes olvidar
El adviento comprende las cuatro semanas antes de la Navidad.
El adviento es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de nuestros pecados para la llegada del Señor.
En el adviento nos preparamos para la navidad y la segunda venida de Cristo al mundo, cuando volverá como Rey de todo el Universo.
Es un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra vida en relación con Dios y convertirnos de nuevo.
Es un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.
Cuida tu fe
Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad para comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto puede llegar a hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento. Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.
De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad
Simbolismo
En los himnos del tiempo encontramos alabanzas a la venida de Cristo como Redentor, el Creador del universo, combinados con súplicas al juez del mundo que viene para protegernos del enemigo.
Y vestidos del Señor Jesucristo; muestra como las naciones son llamadas a alabar el nombre del Señor; invita a estar alegres en la cercanía del Señor, de manera que la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie los corazones y pensamientos en Cristo Jesús; exhorta a no juzgar, a dejar que venga el Señor, que manifestará los secretos escondidos en los corazones.
La Iglesia en su Liturgia nos devuelve en espíritu al tiempo anterior a la encarnación del Hijo de Dios, como si aún no hubiera tenido lugar. Estamos no sólo exhortados a sacar provecho del bendito acontecimiento, sino a suspirar diariamente como nuestros antiguos Padres, "Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo: ábrase la tierra y brote la salvación." Las Colectas en tres de los cuatro Domingos de este tiempo empiezan con las palabras, "Señor, muestra tu poder y ven" - como si el temor a nuestras iniquidades previniera su nacimiento.
Duración y Ritual
Todos los días de Adviento debe celebrarse el Oficio y Misa del Domingo o Feria correspondiente, o al menos debe ser hecha una Conmemoración de los mismos, independientemente del grado de la fiesta celebrada. En la Misa se omite el Gloria el Aleluya, sin embargo, se mantiene. Durante este tiempo no puede hacerse la solemnización del matrimonio (Misa y Bendición Nupcial); incluyendo en la prohibición la fiesta de la Epifanía. El celebrante y los ministros consagrados usan vestiduras violeta. El diácono y subdiácono en la Misa, en lugar de las dalmáticas usadas normalmente, llevan casullas plegadas
SEGUNDO SEGMENTO / PARTE II
“CONOCIENDO A NUESTRA IGLESIA” (10 mins)
LA CORONA DE ADVIENTO
El objetivo de la corona de adviento es que tengas las velas encendidas en tu casa, mejor en el comedor, en un sitio de tu hogar que sea familiar, durante todo el tiempo de adviento. Cada domingo de adviento tendrás que encender al anochecer una de las velas, tal y como te informo a continuación.
Cada vela morada se tiene que encender a partir de los domingos de adviento (NO LAS TRES A LA VEZ, sino una). Por ejemplo, el primer domingo la primera, el segundo domingo la segunda... Siempre se encienden al atardecer durante todo el adviento. De esta manera, veras que cuantas más velas encendidas hay a lo largo de la semana, más cerca está la Navidad. Únicamente la vela rosada se enciende el último domingo de adviento. También hay personas que ponen una vela blanca en el centro que solamente se ilumina el mismo día 25.
Y ahora seguro que te preguntarás ... ¿qué significado tiene esto?. Pues, no solamente sirve de adorno bonito para nuestro comedor de la casa, sino también para este motivo:
-Las velas moradas nos ayudan a pensar que nosotros formamos parte de esta sociedad y que tenemos que ser más justos con el prójimo y a colaborar con un mundo mejor para seguir el mensaje de Jesús.
-La vela rosada nos alegra la llegada de Jesús. Su nacimiento es inminente, es un motivo de alegría.
-El círculo (la corona) simboliza que Dios es eterno, sin principio ni fin. El color verde simboliza que Dios está con nosotros y que nunca cambia.
-La luz de las velas nos recuerda que Jesús es la luz del mundo y que pronto nosotros celebraremos el día de su nacimiento.
Que esta corona os ilumine vuestra casa y vuestro corazón durante este adviento.
TERCER SEGMENTO / PARTE III
LLAMADAS O ANUNCIOS Y ESPECIFICACIONES PARA EL RETIRO (10 mins)